miércoles, 9 de enero de 2013


No tenemos conciencia de que a veces una acción obsesiva puede ser un gran peligro para nuestra propia salud , pero es esa acción la que nos mantiene en nuestro lugar en ciertos momentos o lugares.

jueves, 23 de agosto de 2012

CULTURA | Con la película 'Criando Ratas'

El cine 'quinqui' renace en los barrios de Alicante

La cámara encuadra a el 'Cristo', el 'Martillo' y el 'Voltereta', jóvenes delincuentes envueltos en una trama de tráfico de drogas que transcurre en un barrio marginal cualquiera.

Uno de los actores. | E.M.
Detrás del visor podrían estar Eloy de la Iglesia o José Antonio de la Loma. Sin embargo, "Criando Ratas" acaba de ser filmada en Alicante por Carlos Salado, un director novel, licenciado en estudios cinematográficos en Ciudad de la Luz , que compagina la creación de proyectos audiovisuales con su faceta de compositor musical.
Con "Criando ratas", Salado ha querido mostrar "desde dentro" el submundo de las bandas juveniles callejeras huyendo del cine convencional que, en su opinión, retrata estos ambientes de manera "superficial y falseada".
Esta película, dice el director, "persigue la verosimilitud, dando como resultado un 'cine underground' extremadamente natural".

Cine 'neoquinqui'

Se trata, añade, de una revisión del género "quinqui", tan en boga durante los años ochenta, aunque con un acercamiento mucho menos ortodoxo, que reniega de actores convencionales y "abandona la narración clásica para conseguir una obra más realista y cercana, un estilo alternativo que pretende transgredir".
Las temáticas de este cine "neoquinqui" son muy similares a los que se trataban en películas como "Perros callejeros", "El pico" o "Yo, "El Vaquilla" y plantea conceptos como la pobreza, el mestizaje, la exclusión social, el machismo o la cultura gitana.

 


Mira bien este cartel : “Chocolate. 500.000 españoles son adictos a las drogas”. Eran los  80 un momento esplendido para macarras y gente sin la mas pizca de verguenza , en los que medio millón de españoles consumían hachís y sus derivados como la marihuana  .
Trastadas de las bandas de delincuentes juveniles (bajo los efectos de la necia droga*) y se estrenaban peliculas tan interesantes como “Los violadores del amanecer”, “Miedo a salir de noche”, “El pico” o “Juventud drogada” , "Navajeros", "Deprisa deprisa" y demas peliculas de este estupendo genero.
Los quinquis de los 80 son hijos del “libertinaje” que trajo la democracia, del chabolismo vertical en las periferias urbanas promovido por el franquismo en los 60 y de la amplia oferta de psicotrópicos disponibles en los poblados chabolistas durante la transición. De San Blas (Madrid), La Mina (Barcelona) y Otxarkoaga (Bilbao) salieron piezas tan legendarios como El Vaquilla, El Jaro, El Pirri o El Torete, adolescentes duchos en el manejo de la cheira y efímeras estrellas de cine en un género que reventó taquillas durante casi una década.
 Según cuentan las comisarias de la exposición, Amanda Cuesta y Mery Cuesta (no, no son familia), a El País, entre 1977 y 1985 se rodaron 30 películas. Abrió la veda José Antonio de la Loma, con su clásico “Perros callejeros”, el biopic sobre El Vaquilla que no pudo protagonizar el ínclito atracador y asesino barcelonés, y al que finalmente encarnó El Torete. Por su parte, Eloy de la Iglesia hizo lo propio con El Jaro, retratado en el filme “Navajeros”, protagonizado por José Luis Manzano, un chaval de pelo ensortijado que acabó poniendo rostro en el cine al colgao de la época.

El punto de partida de «Quinquis de los 80» es la figura del quinqui acuñada por el fenómeno del cine de delincuencia juvenil. Los códigos de representación de la delincuencia juvenil del cine quinqui han pervivido hasta la actualidad de tal manera que el estereotipo del quinqui, sometido a un proceso de estetización, continúa hoy en día ejerciendo una fascinación desenfrenada.
Los barrios de los setenta: polígonos, paro y depresión
Durante los sesenta se pusieron en marcha, ante el déficit de vivienda barata, los planes de urgencia social. El resultado fue un urbanismo de pésima calidad, con unos barrios sin los servicios más básicos, hecho que precipitó la aparición de los movimientos vecinales. La crisis de los setenta y el paro acabaron por convertir estos barrios en el territorio germinal del quinqui.
Nuevas formas de ocio
Aquella generación de jóvenes fue partícipe, por primera vez en nuestro país, de las corrientes de la cultura juvenil. En la sala de juegos se presentan los elementos de evasión del estilo de vida adolescente: los colegas, el sexo y las drogas; así como las manifestaciones de la cultura popular que proyectaban imágenes afines de rebeldía, escapismo y marginalidad, como el cómico o la música.

Vía Límite
En 1975 un 25% de la población mayor de 14 años quedaba excluida del sistema educativo. La edad laboral -como la penal- se situó en los 16 años, así que para muchos jóvenes sólo quedaba la calle. Además, la irrupción de la heroína hizo estragos. En un clima de alarma social, amplificada por los medios de comunicación, el delincuente juvenil se convirtió en el enemigo público número uno.

La presencia que los jóvenes delincuentes tenían en los medios de comunicación es clave para entender su iconización. El Vaquilla y El Jaro son las estrellas más brillantes de este universo, auténticos héroes de la marginalidad, gracias a los biopics cinematográficos: Navajeros, la saga Perros callejeros y Yo, El Vaquilla. Estas películas conforman la médula del cine quinqui.

El reformatorio
El Tribunal Tutelar de Menores disponía de tres opciones para tratar el problema de la delincuencia infantil. La primera era devolver el niño a casa, si los padres accedían a ello. La segunda era internarle en un reformatorio. La tercera opción, reservada a los más peligrosos, era su ingreso en prisión. Ante la falta de plazas especiales, muchos ingresaban en las prisiones de adultos.

Desde las azoteas, veo la ciudad
A la obsolescencia de las instalaciones carcelarias, debía sumarse los problemas derivados de la superpoblación y la escasez de recursos. La herencia franquista dejaba un sistema basado en la versión más represiva y punitiva. La situación estalló con la ola de motines de 1977, que desembocó en la creación de la COPEL (Coordinadora de Presos Españoles en Lucha).

La pervivencia del mito
Este ámbito aborda la pervivencia que el fenómeno quinqui ha tenido después de su auge y del final trágico de muchos de sus protagonistas, tanto en la ficción como en la realidad. De la mano de una nueva generación, se produce una pirueta estética mediante la cual el quinqui de los ochenta se erigió en icono castizo cool. El mito hoy, especialmente en Internet, vuela libre.